“Y éstos son los que fueron sembrados en buena tierra: los que oyen la palabra y la reciben, y dan fruto a treinta, a sesenta, y a ciento por uno.”Marcos 4:20
Recuerde que una persona de excelencia depende de su siembra para cambiar su futuro y que su confesión de fe es una semilla poderosa también. La seguridad que nos da esta ley es que cada vez que sembremos tendremos una cosecha. Lo único que usted tiene que hacer es poner la semilla en buena tierra y cuidarla cada día. Pero nada más. Usted no es el que hace crecer la planta, esa es la parte de Dios.